El uso del CBD (cannabidiol) está ahora ampliamente aceptado en todo el mundo. Aunque el cannabis medicinal ya no es un tema tabú, su democratización no se produjo de la noche a la mañana
El uso del CBD (cannabidiol) está ahora ampliamente aceptado en todo el mundo. Aunque el cannabis medicinal ya no es un tema tabú, su democratización no se produjo de la noche a la mañana
El consumo de CBD (cannabidiol) está ahora ampliamente aceptado en todo el mundo. Aunque el cannabis medicinal ya no es un tema tabú, su democratización no se produjo de la noche a la mañana. Por el contrario, su difusión por el mundo pasó por largas etapas y experimentó grandes dificultades antes de hacerse tan popular.
Sin embargo, el uso del cannabis con fines terapéuticos se remonta al menos al 2000 a.C.. Entonces, ¿por qué el CBD ha tardado tanto en ser aceptado? En este artículo, trazamos la historia del CBD, desde sus primeros usos hasta su creciente importancia en 2021.
Desde hace varios miles de años, la planta de cannabis se ha utilizado como recurso terapéutico en diversas civilizaciones del mundo. Sin embargo, a pesar del auge de la medicina moderna, el cáñamo no fue reconocido inmediatamente por la comunidad científica.
Históricamente, no fue hasta 1839 cuando el médico e investigador William B O'Shaughnessy publicó el primer estudio sobre los efectos terapéuticos del cannabis. Sólo un siglo después, en 1942, el químico estadounidense Roger Adams aisló el primer cannabinoide: el cannabidiol. Fue su investigación la que condujo al descubrimiento de otro cannabinoide: el THC, o tetrahidrocannabinol.
Después del endurecimiento de las leyes antidroga en Estados Unidos, los científicos tuvieron muchas dificultades para obtener cáñamo para realizar sus experimentos hasta los años 80-90. Cuando el CBD empezó a ganar popularidad por sus cualidades analgésicas independientes de los efectos negativos asociados al consumo de THC, se reactivaron muchos experimentos.
En 1998, un grupo farmacéutico británico, GW Pharmaceuticals, inició ensayos médicos formales para comprender mejor los efectos del CBD. Estas primeras investigaciones dieron lugar a estudios internacionales llevados a cabo por muchas empresas médicas de todo el mundo.
A medida que GW Pharmaceuticals avanzaba, un investigador israelí, Raphael Mechoulam, empezó a descubrir la química que hay detrás de varios cannabinoides, concretamente cómo aislar cannabinoides individuales como el THC y el CBD de la planta en su conjunto. Este estudio dio el impulso necesario para seguir investigando. Mechoulam ha recibido numerosos premios internacionales por sus investigaciones, que han contribuido a poner en primer plano los beneficios médicos del CBD tanto en el extranjero como en Estados Unidos.
Todo este interés en torno al CBD ha llevado a varios gobiernos a replantearse su posición. En diciembre de 2018, Estados Unidos aprobó la nueva Ley Agrícola, legalizando el CBD derivado del cáñamo industrial a nivel federal. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) todavía está trabajando en su posición sobre la sustancia, pero los primeros indicios son prometedores.
En Europa, la Unión Europea, que consideraba el CBD como una sustancia no autorizada, ha cambiado su posición. La Comisión Europea cambió su evaluación del aceite de CBD y decidió clasificarlo como una sustancia "no sobrenatural".
A partir de la década de 2000, el consumo de CBD comenzó a tener un auge impresionante en Canadá, tras la autorización del cannabis para uso médico. El consumo de CBD aumentó en Canadá a partir de 2018, cuando incluso se legalizó el cannabis para uso recreativo.
Los productos CBD se consumen cada vez más en todo el mundo. No existen estadísticas fiables para determinar el número exacto de personas que consumen CBD en ningún país. Sin embargo, los consumidores de esta materia en Europa se cuentan por decenas de millones.
Desde la legalización del CBD en Estados Unidos en 2018, el consumo de sus diferentes productos no ha dejado de aumentar. De hecho, el número de consumidores se cuenta por millones. Tenga en cuenta que algunos estados han permitido incluso el uso de la marihuana que contiene THC con fines médicos durante muchos años. Además, es uno de los países donde es menos tabú consumir o hablar de cannabis y esto, a pesar de una implacable guerra contra las drogas llevada a cabo durante los años 70.
Es justo decir que la verdadera expansión del CBD comenzó en 2018, en todo el mundo. A partir de ese año, muchos países decidieron legalizar o regular su consumo, lo que provocó la explosión del mercado del CBD. Esta industria está en auge desde hace 3 años. Los beneficios del CBD siguen siendo aclamados y la mayoría de la población mundial parece estar a favor de esta democratización. El mercado asiático también está experimentando una gran expansión a pesar de que en la mayoría de los países el CBD aún no está legalizado.
El CBD se ha convertido en algo tan codiciado que se puede encontrar en múltiples formas para satisfacer a todos los consumidores. Hoy en día, es posible encontrar CBD en forma de flores, resinas, cristales, aceites, e-líquidos, productos alimenticios o cosméticos.
El mercado mundial del CBD, valorado en 9.300 millones de dólares en 2020, se espera que alcance los 23.600 millones de dólares de ingresos en 2025. Con una tasa de crecimiento anual compuesta prevista del 22,2% de 2019 a 2025, el futuro parece increíblemente brillante para las empresas que capitalizan la explosiva popularidad del CBD.
Con el 40% de la cuota del mercado global del CBD, Norteamérica sigue dominando, pero puede que no sea así en un futuro próximo. Europa está cerrando la brecha, con una cuota de mercado del 31% que se espera que supere a América del Norte en términos de demanda geográfica.
Con un valor previsto de 1.500 millones de euros para 2023, el mercado del CBD en Europa rebosa de potencial. En noviembre de 2020, una monumental sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que el CBD no era un estupefaciente, lo que permitió su libre venta en la UE. Esta decisión ha establecido una vía regulatoria más clara para el uso legal del CBD, a favor de las empresas que producen productos de CBD de alta calidad.
A partir de ahora y durante los próximos años, se puede afirmar que los distintos productos de CBD estarán cada vez más disponibles en Internet y en las tiendas físicas. Si la gente está dispuesta a educarse y los gobiernos siguen siendo más flexibles, el CBD pronto formará parte de la vida cotidiana de millones de personas que podrían disfrutar de sus beneficios libremente.